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Linda Silverman

Fuera de sincronía · Linda Silverman

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Linda Silverman es una psicóloga norteamericana especializada en altas capacidades. Fundadora del Instituto para el Estudio del Desarrollo Avanzado (Institute for the Study of Advanced Development) y del Centro de Desarrollo de la Superdotación (Gifted Development Center · GDC) en Colorado, Estados Unidos. Ha sido la impulsora de un enfoque diferenciado sobre educación para aprendices viso-espaciales, asesora en la elaboración de múltiples test de inteligencia y lleva estudiando la psicología y las necesidades de los superdotados desde hace 50 años por lo que es, indudablemente, un referente indiscutible en este campo.

En septiembre de 2016 participó en el Ciclo de conferencias: ‘Altamente superdotados’ en los Países Bajos. Su ponencia se titulaba Fuera de sincronía en un mundo competitivo y queremos compartir los temas y conceptos clave de su exposición porque sus palabras tienen una claridad y una lucidez tan inusuales como necesarias.

 

Fuera de sincronía en un mundo competitivo

Linda Kreger Silverman · Gifted Development Center

Conceptos clave

 

¿Eres superdotado si nadie puede verlo?

Algunos dirán que no, que solo eres superdotado cuando haces algo que otros consideren extraordinario. Cuando la superdotación se elimina del ámbito competitivo de los logros reconocidos, queda claro que es una forma de desarrollo atípico que conduce a experiencias únicas a lo largo de toda la vida.

¿Qué es exactamente la superdotación?

Este tema está sumido en la controversia y cargado de mitos. Estos son algunos de los cuestionamientos erróneos con los que los superdotados, sus padres y sus defensores deben lidiar:

¿Existe la superdotación?

¿No es que todas las personas tienen algún don?

¿Este tipo de etiquetas no les inflan a los niños el ego?

¿No son los programas para niños superdotados elitistas y antidemocráticos?

¿No pueden estos niños tan inteligentes salir adelante por sí solos?

¿No se pondrán al día los otros niños con el tiempo?

¿Desaparece con el tiempo la superdotación? ¿No muere prematuramente? (“Madura antes, se pudre antes”)

¿Las personas con dotes inusuales nacen con algún tipo de discapacidad compensatoria?

¿Existe un vínculo entre la superdotación y la locura?

¿No está obsoleta la noción de superdotación? ¿No deberíamos estar hablando en cambio de talentos en diferentes dominios o de inteligencias múltiples o de una experiencia desarrollada a través de años de esfuerzo y práctica?

Pocos temas generan reacciones tan dispares…

“Si bien es bastante cómodo reconocer que algunos individuos son menos inteligentes que nosotros, la idea de que algunos individuos sean más inteligentes que nosotros representa una amenaza emocional para los inseguros.” (Persson, 2009)

Tannenbaum (1983) revela una historia de «persistentes corrientes subterráneas de sospecha y negativismo” y un «resentimiento generalizado» hacia aquellos que son muy inteligentes.

Los superdotados se sienten muy a menudo solos en un mundo minado de malentendidos.

En los Estados Unidos, no es raro escuchar a un educador decirle a una familia con tono condescendiente: «Creemos que todos nuestros niños son superdotados.»

Si bien todos los niños son un regalo al mundo, decir que «todos los niños son superdotados», quita al término todo su significado. Sería tan absurdo como decir: «Creemos que todos nuestros niños son intelectualmente discapacitados.»

Los individuos con un desarrollo intelectual deficiente, cuya inteligencia mide 2, 3 o 4 desviaciones estándar por debajo de la norma, lidian con una determinada problemática a nivel psicológico. Lo mismo ocurre con aquellos que tienen un desarrollo más avanzado, con niveles de CI 2, 3, 4 o más desviaciones estándar por encima de la norma. Los que poseen un razonamiento abstracto significativamente más agudo que la mayoría, tienen experiencias de vida y necesidades psicológicas cualitativamente diferentes, y esto no se reduce solo al ámbito académico.

¿Un don implica una obligación? ¿Y una responsabilidad?

Muchos de los argumentos a favor de la educación y de la atención a las necesidades de los superdotados se basan en el valor potencial de este colectivo para la sociedad. Algunos investigadores holandeses llaman a esto, con mucha razón, visión utilitaria de la superdotación. Ven la educación de los superdotados como una inversión rentable en futuros y eminentes líderes.

«En el pensamiento actual acerca de la superdotación y su atención educativa, prima el valor de la utilidad mientras el valor intrínseco del don se vuelve prácticamente inexistente.” (Besjes-de Bock & de Ruyter, 2011)

Valorados por su utilidad, se espera que los superdotados produzcan y rindan proporcionalmente a la inversión que la sociedad ha hecho en ellos y que ese resultado sea ventajoso para todo el conjunto social. Se presta, en esta ecuación, muy poca atención a la vida interior; las emociones se consideran aspectos de menor importancia.

Mientras que algunos superdotados desean lograr altos grados y anhelan los elogios asociados al éxito tanto en la escuela como en la vida adulta, otros avanzan hacia sus propios objetivos, que la mayoría de las veces no se alinean con las expectativas ni con los planes de sus padres y maestros ni con lo que la sociedad esperaba de ellos.

 

¿Es la superdotación un potencial hacia la eminencia?

Un movimiento reciente en el campo de la educación para superdotados en los Estados Unidos equipara superdotación a logros reconocidos.

«El logro sobresaliente o la eminencia deberían ser los objetivos principales de la educación para superdotados.” (Subotnik, Olszewski-Kubilius & Worrell, 2011)

Ésta no es una iniciativa nueva. Howard Gardner (1983) marcó el comienzo de una gran cantidad de definiciones de superdotación orientadas al logro. En 1992, David Feldman pidió un «cambio de paradigma», que reemplazara el término «superdotado» por «talentoso» y nos instó a abolir las pruebas de coeficiente intelectual ¿Por qué? Porque las pruebas de CI no son capaces de predecir la fama.

Definir la superdotación asociándola a la eminencia es perpetuar el legado de Sir Frances Galton.

Galton inauguró el estudio de la superdotación en 1869 con la publicación de su libro: Genialidad hereditaria. Clasificó a los hombres de acuerdo con el prestigio que habían alcanzado como estadistas, comandantes, figuras literarias, hombres de ciencia, poetas, músicos y pintores. Seleccionó a hombres cuyas biografías fueran accesibles. Su plan era mostrar que la reputación era una prueba fehaciente de alta capacidad, y que esa habilidad inusual se transmitía dentro de las familias (particularmente su familia, ya que su primo era Charles Darwin).

«Por reputación se entiende la opinión de los contemporáneos, revisada por la posteridad, y el resultado favorable de un análisis crítico del carácter de un hombre por diversos biógrafos.” (Galton, 1869)

Según sugiere Galton, no es posible evaluar con precisión el impacto de una vida hasta que la persona haya muerto y otras personas escriben sobre ella (aunque la mayoría de biografías son sobre hombres). Por lo tanto, ¿deberíamos esperar a la muerte para determinar si fueron superdotados? Esta determinación póstuma de superdotación no es particularmente útil a la hora de seleccionar y atender las necesidades de los niños y nutrir su crecimiento emocional.

“La equiparación de la superdotación con la eminencia acarrea prejuicios sexistas, culturales, socioeconómicos y raciales. Ni las mujeres, ni todas las nacionalidades, ni los grupos raciales y étnicos, ni los niveles socioeconómicos y culturales están igualmente representados entre los eminentes.” (Silverman, 2013).

 No todas las culturas valoran el reconocimiento individual. La eminencia es un concepto competitivo, no un objetivo universal.

Más adelante, hace ya casi un siglo, las nociones de Galton fueron desafiadas por Leta Stetter Hollingworth, quien argumentó que la eminencia era, en gran medida, el resultado de la oportunidad, estrechamente vinculada a la posición en la sociedad y, generalmente, inaccesible para las mujeres.

“Si la oportunidad fuera, de hecho, el principal determinante de la eminencia, entonces deberíamos esperar que aquellos que pertenecen a categorías socialmente inferiores sean excluidos de ella. Esto es precisamente lo que nos encontramos, ya que los incultos, los pobres, los sirvientes y las mujeres rara vez han alcanzado la eminencia.” (Hollingworth, 1926)

“Es poco deseable buscar la causa de la brecha asociada al género en la eminencia en absurdas y oscuras diferencias afectivas e intelectuales entre hombres y mujeres cuando la causa última es el hecho más que conocido, obvio e ineludible, de que las mujeres dan a luz y crían a los niños, y que esto ha tenido como inevitable secuela su ocupación en las tareas del hogar; un campo donde, claramente, la eminencia no es posible.” (Hollingworth, 1914)

¿Cómo sería este punto de vista aplicable a los niños? No hay niños eminentes. Si alguien fuera identificado como superdotado en la infancia y no se volviera eminente, ¿significaría eso que, en primer lugar, nunca fue superdotado? La desconexión entre la superdotación en la infancia y la superdotación en la edad adulta es ilógica y no existe en ninguna otra rama de la excepcionalidad.

En lugar de preguntar qué necesitan los niños que se desarrollan de manera diferente, el énfasis ha girado hacia una pregunta totalmente diferente: «¿Qué se necesita para que tengan éxito?»

Muchos periodistas reconocidos en los Estados Unidos predican que todos los niños están igualmente dotados de inteligencia y que, por lo tanto, todos tienen las mismas oportunidades para el éxito (Gladwell, 2008). En Escandinavia, algunos investigadores afirman incluso que no existen diferencias en la capacidad. Y que todo se trata de práctica, práctica y más práctica (Ericsson, 2006).

La doctrina de que todos tenemos la misma inteligencia suena muy tentadora en sociedades ferozmente igualitarias, pero ¿Es eso cierto? ¿Somos todos iguales?

A lo largo del último siglo, se ha realizado una extensa investigación que documenta enormes diferencias en la inteligencia de la población. Ignorar esta investigación es destructivo, tanto para los niños como para los adultos superdotados.

 

Una psicología de la superdotación

La superdotación es una realidad psicológica. Se puede observar en niños muy pequeños y documentar sobre mediciones de inteligencia general. La capacidad de pensamiento abstracto, la perspicacia, la empatía, la sensibilidad, el perfeccionismo, la intensidad, la creatividad, la imaginación, el sentido del humor y una energía muy particular, son patrones típicos en los superdotados a lo largo de toda su vida y generan experiencias vitales inusualmente ricas y complejas. Estas características tan atípicas marcan la vida de los superdotados; a menudo los hacen sentir solos, extraños dentro de la sociedad, y eso los hace vulnerables.

Es evidente que una persona no «supera» la superdotación, como nadie supera una discapacidad intelectual significativa. Los problemas a los que se enfrenta este colectivo durante la infancia simplemente se transforman cuando llegan a adultos. Incluso los que alcanzan el éxito, a menudo se sienten como impostores esperando permanentemente a ser desenmascarados. En los Países Bajos, más que cualquier otro país del mundo, se reconocen las dificultades que enfrentan los superdotados adultos en su lugar de trabajo y en sus relaciones. Existen muchos profesionales que ofrecen coaching y asesoramiento para personas inteligentes, complejas, curiosas, apasionadas, sensibles, creativas, emocionalmente ricas. Maud van Thiel, Dr. Noks Nauta y su equipo han formado la Fundación para Adultos Superdotados (IHBV). Willem Kuipers ofrece XI·mension, una iniciativa para individuos con inteligencia e intensidad extra: «XI». Existen libros, artículos, sitios web, blogs y grupos de apoyo. Todo eso es bastante inusual y muy necesario para los superdotados. Solo unos pocos en los Estados Unidos tienen ese nivel de conciencia, y no hay organismos excepto el Institute for the Study of Advanced Development, realizando publicaciones sobre el tema. Hacen falta muchos más artículos desde el conocimiento y la perspectiva de quienes trabajan con adultos superdotados.

La superdotación no discrimina razas, ni género. Se encuentra en iguales proporciones en hombres y mujeres y está presente en todas las culturas; se distribuye, además, de manera homogénea entre todos los niveles socioeconómicos y culturales. Existen muchísimos más niños superdotados en el mundo que viven en la pobreza que en la riqueza (Zigler y Farber, 1985). Y esto ocurre, sencillamente, porque hay muchísimos más niños pobres que ricos en el mundo y la superdotación no entiende de estadísticas ni de fronteras sociopolíticas.

La superdotación tiene asociadas unas necesidades especiales y requiere de una atención significativamente diferente de la norma; requiere de una identificación temprana, de intervención y adaptaciones para asegurar un desarrollo saludable e integral. En contraposición con las creencias populares, los superdotados no consiguen las cosas por sí mismos y sin ayuda. La mayoría se esconde y tiene un rendimiento muy por debajo de su capacidad. Algunos no soportan el dolor, el desfasaje, el aislamiento, la sensación de incomprensión; pueden sufrir ansiedad, depresión y cometer suicidio. Otros se reprimen, se esconden, se empequeñecen, solo para sostener la ficción de que todos somos iguales.

El eje de nuestro trabajo debe ser el de intentar establecer la superdotación como una rama dentro de la psicología. Cualquier otra excepcionalidad ha sido aceptada por la psicología, pero estos niños siguen estando en la sombra. La educación para superdotados (al menos en los Estados Unidos) se centra solo en el éxito que tienen en la escuela. No aborda su vida interior. El único aspecto psicológico que es tenido en cuenta, y solo en parte, es la motivación.

La mayoría de educadores y familias quieren que los niños con los que trabajan y con los que conviven se esfuercen por conseguir la excelencia. Pero la superdotación no es una competición ni debería serlo. Cuando premiamos a un niño superdotado por sus logros, el premio puede comprometer la pura y genuina alegría que siente al hacer lo que hace. Las recompensas externas socavan su motivación intrínseca. Queremos que a los niños superdotados les encante aprender y que ese entusiasmo les dure toda la vida; queremos que se esfuercen por dar lo mejor de sí mismos, pero por ellos mismos y no para complacer a nadie, y queremos, por supuesto, que utilicen sus habilidades para ayudar a los otros. Pero ante todo, queremos que sepan que son apreciados por lo que son; no por los premios o por el reconocimiento que hayan obtenido. Debemos ir más allá del reconocimiento externo, más allá de la excelencia, para ver, apoyar y nutrir realmente y en profundidad a nuestros niños y jóvenes.

Rosemary Cathcart, Doctora en Filosofía y especializada en educación para superdotados y liderazgo ético, escribió un su ensayo titulado “Más allá de la excelencia»:

“Las personas superdotadas van mucho más allá de la excelencia. Son impulsadas ​​por una visión interior de lo que buscan hacer o conseguir. Establecen sus propios criterios para el cumplimiento de esa visión. Pueden sentir desesperación y experimentar el fracaso muchas veces en su viaje hacia el objetivo. Lo que se esfuerzan por hacer puede no ser fácilmente comprendido por quienes les rodean, ni en ese contexto, ni en ese momento. Sin embargo, lo que finalmente consiguen establece nuevos parámetros para el conocimiento y para nuestra percepción y comprensión de nosotros mismos y del mundo.»

Si la excelencia o la eminencia son nuestro objetivo, debemos reconocer los múltiples caminos que un individuo puede tomar para lograr sus objetivos y honrar su singularidad.

Apreciar y fomentar la individualidad de todos los niños con los que trabajamos o convivimos es la mejor manera de ayudarlos a alcanzar la excelencia. Debemos apoyar su intensidad, su sensibilidad, su pasión, su curiosidad, su autonomía, su complejidad.

Los niños superdotados están conectados de manera muy diferente a los demás. Estos valores atípicos nos muestran el rango de las capacidades humanas en toda su magnitud e iluminan las enormes posibilidades del desarrollo humano. Nadie duda de la existencia y de las necesidades especiales que tienen las personas con discapacidad intelectual. Los niños intelectualmente más capaces son simplemente la otra cara de esa misma moneda.

Es hora de sacar a la superdotación del armario, de reconocerla y apoyarla, para permitir a los superdotados que se sientan seguros, completos, cómodos y comprendidos dentro de nuestra sociedad, sin tener que hacer un esfuerzo por adaptarse o amoldarse, sino siendo exactamente quienes son.

 

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Fotografía © Matthew A. Rome

30 lecciones

30 lecciones sobre superdotación

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El Gifted Development Center, fundado por Linda Silverman, celebra cuarenta años de trabajo con superdotados y comparte algunas de las lecciones aprendidas con los niños y las familias cada día.

Compartimos aquí 30 lecciones que nos parecen muy relevantes y pueden iluminar el trabajo diario y las situaciones cotidianas desde una perspectiva enriquecedora y optimista.

1

La superdotación tiene más desarrollo asincrónico que alto rendimiento.

La asincronía implica un desarrollo desigual y la sensación de estar fuera de lugar tanto en las experiencias vitales como en relación a los demás.

Cuanto mayor sea el coeficiente intelectual mayor será la asincronía.

La asincronía no es elitista sino un excelente punto de partida para obtener ayuda para una educación que atienda las necesidades especiales.

2

La superdotación es una evolución en el desarrollo.

Se puede observar en niños muy pequeños.

Implica diferencias de desarrollo tanto en el razonamiento abstracto como en su complejidad, sensibilidad e intensidad.

3

La superdotación puede acarrear mucha soledad.

Los superdotados son diferentes, extraños, en una sociedad que señala y margina lo diferente y extraño.

Es doloroso ser rechazado, quedarse excluido en los juegos, comer solo, no ser invitado a las fiestas.

Un niño que se siente diferente quiere ser parte y quiere tener amigos más que cualquier otra cosa.

4

La superdotación puede ser identificada y evaluada.

La inteligencia ha sido algo medible durante más de 100 años.

La evaluación asegura el acceso a programas especiales donde poder encontrar verdaderos pares.

A pesar de la aversión generalizada a colocar un valor numérico y un rango a la inteligencia, las pruebas de CI pueden identificar una realidad maravillosa: una mente extraordinaria.

5

Los niños superdotados pueden ser reconocidos desde los 18 meses, e incluso antes.

La identificación temprana es crítica para las niñas. Debe ocurrir preferiblemente antes de invisibilizarse en la escuela secundaria.

La intervención temprana promueve un desarrollo óptimo.

6

La edad óptima para las pruebas de CI es entre los 6 y los 8 años.

7

Los padres son excelentes identificadores.

Cuando los padres ven el talento, pero los maestros no, las pruebas a menudo revelan áreas de talento combinadas con otras necesidades o déficits ocultos.

8

El apoyo y la implicación de los padres es esencial para el crecimiento emocional y académico de los niños superdotados.

El talento no se expresa en el vacío, se requiere un entorno propicio para su óptimo desarrollo.

9

Cuando un niño en la familia es superdotado, probablemente todos en la familia lo sean.

Si los padres fueron identificados en la infancia, es probable que sus hijos sean superdotados.

Cuando los niños son los primeros en ser identificados, los padres a menudo descubren que también lo son.

10

Hay tantas chicas como chicos superdotados.

Los niños tienen el doble de probabilidades de ser identificados que las niñas.

Los niños llaman la atención porque tienden a ser más activos.

Las niñas pasan inadvertidas porque tienden a parecer felices y adaptadas.

11

El talento no es elitista. Ocurre en todos los grupos socio-económicos y étnicos.

La pobreza enmascara el talento. La identificación temprana, el apoyo y la atención de las necesidades pueden revertir esa desigualdad.

12

La educación de los superdotados es una rama legítima de la educación especial.

El talento es la imagen especular de la discapacidad intelectual.

La participación de los padres en las necesidades especiales del niño es esencial para su bienestar durante toda la vida.

13

Hay diferentes grados de talento.

A medida que el grado de diferencia aumenta en cualquier dirección, la intensidad de la intervención también debe aumentar.

14

Hay muchos más niños excepcionalmente superdotados de los que creemos.

15

La evaluación integral puede proporcionar una hoja de ruta para un desarrollo óptimo.

La evaluación cambia la vida de aquellos que dudan de sus habilidades; ha salvado personas del fracaso y de la depresión.

Las pruebas individuales son mucho más precisas que las pruebas grupales.

16

Las personas superdotadas que no disfrutan de la lectura deberían ser evaluadas para detectar posibles deficiencias en el procesamiento visual.

Cualquier debilidad en el procesamiento visual disminuye los resultados de CI y el desempeño escolar.

17

Existe una mayor incidencia de trastorno del procesamiento sensorial en los superdotados.

Muchos niños son hipersensibles al sonido, la luz, los olores y el tacto. Pueden ser muy escrupulosos con la comida o con la ropa.

18

Los hermanos tienden a ser similares en inteligencia.

Los segundos hijos tienen menos posibilidades de ser detectados que los primogénitos.

19

La educación de padres y maestros incrementa las posibilidades de identificación de las niñas.

Si las niñas no son identificadas, tienden a disminuir sus aspiraciones.

Muchos padres no tienen la menor idea de que sus hijas son altamente superdotadas.

Las niñas superdotadas trabajan más duro y tienen más confianza en sí mismas cuando saben que lo son.

20

Las pruebas de inteligencia refutan la falsa creencia sobre la superioridad natural de los hombres.

Los hombres son percibidos como intelectualmente superiores porque el 98% de los genios conocidos son hombres; pero las causas de esto son culturales, no biológicas.

21

Los superdotados son muy vulnerables.

Los niños tienen un alto riesgo de acoso debido a su extrema sensibilidad emocional.

Socializar puede convertirse en un campo minado cuando se está en inevitable sintonía con una abrumadora sinfonía de matices.

Fuera de sincronía con los compañeros de su edad y con las expectativas de todo su entorno basadas en estándares, los superdotados tienen un alto riesgo de sufrir abuso en contextos donde no se respeten sus diferencias.

22

Al menos una sexta parte de la población superdotada es doblemente excepcional.

La doble excepcionalidad a menudo se confunde y etiqueta como pereza y desmotivación.

Los superdotados enmascaran sus déficits y los trastornos pueden deprimir a su vez el coeficiente intelectual haciendo que un niño pase desapercibido cuando en realidad necesita doblemente de una atención especial y personalizada.

23

Los niños y las niñas enfrentan problemas diferentes y tienen a su vez mecanismos diferentes de adaptación.

Los niños pueden parecer inmaduros por no relacionarse con los de su edad.

Las niñas son como camaleones; es muy probable que oculten su inteligencia y se mimeticen con las demás niñas.

24

Las pruebas grupales de CI subestiman las habilidades de los niños con doble excepcionalidad, los altamente superdotados y los especialmente creativos.

Los superdotados a menudo complejizan las preguntas leyendo más posibilidades en ellas de las que los propios evaluadores tenían en mente.

Pueden perderse con las preguntas de opción múltiple porque ven muchas más opciones válidas y posibles.

25

Los superdotados están conectados de manera diferente.

El talento es una forma diferente de experimentar la vida y la realidad.

La complejidad de sus mentes se refleja en la complejidad de sus emociones.

La vida interior de los superdotados es una mezcla compleja de sensibilidad, profundas preocupaciones morales, convicciones apasionadas, idealismo, sentimientos de insuficiencia, autocrítica, perfeccionismo e intensidad.

26

Los superdotados tienden a ser más introvertidos.

La introversión se correlaciona con la reflexión y con los rasgos positivos de la introspección.

27

Examinar a los superdotados lleva tiempo.

Tienden a ser reflexivos y, si se les apresura, se apagan.

Necesitan clasificar más información para llegar a la respuesta correcta.

Sus procesos de pensamiento son más complejos y les lleva mucho más tiempo explicar sus pensamientos.

28

Los programas de atención, enriquecimiento y aceleración de los alumnos superdotados deriva en una mejora del desarrollo individual y social.

Los niños superdotados tienen una mejor adaptación social cuando están con niños con habilidades, intereses y valores similares a los suyos.

El concepto de sí mismos tiende a ser inferior en un aula de su misma edad.

29

Las sobreexcitabilidades son más frecuentes en los altamente superdotados que en los neurotípicos.

Las sobreexcitabilidades son capacidades neuronales elevadas e innatas para responder a estímulos.

Son indicadores de la riqueza interior con la que experimentan la realidad los superdotados y los individuos excepcionalmente creativos.

30

Los aprendices viso-espaciales solo prosperan cuando se les aborda con estrategias viso-espaciales.

Tienen una baja autoestima cuando la escuela se centra en sus debilidades y no en sus fortalezas

El trabajo secuencial y paso a paso puede parecerles muy tedioso y llegar incluso a producirles aversión o la absoluta imposibilidad para realizar la tarea.

Se les debe permitir arribar a sus propias conclusiones, a su manera y disponer de tiempo suficiente para procesar el contenido visualmente.

 

 

 

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viso-espacial

Aprendiz viso-espacial

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En el reino animal hay algunas especies que tienen características visuales muy curiosas. Los tarsios, por ejemplo, son unos primates con los ojos muy grandes. Son los mamíferos con los ojos más grandes en relación al tamaño de su cabeza. Los ojos están fijos así que, para contrarrestar esta inmovilidad, su cuello gira hasta 180 grados. Tienen una córnea también muy grande que les da una visión nocturna muy detallada.

También existen unos peces de cabeza transparente y llena de líquido que tienen los ojos flotando en su interior. Cada ojo tiene dos partes, una relativamente parecida a cualquier otro ojo animal, y otra que es un espejo curvo que recibe la luz y la refleja al ojo principal. Esta compleja estructura ocular les permite ver hacia abajo y hacia arriba al mismo tiempo.

Los camaleones, por su parte, tienen una vista bastante nítida de día, pero muy pobre durante la noche; aunque su principal peculiaridad es la movilidad de los ojos. El párpado es múltiple y cónico, y le permite dejar tan solo una diminuta porción de iris al descubierto que pueden dirigir hacia cualquier punto individualmente. Gracias a esta increíble mecánica ocular, pueden estar completamente quietos y camuflados y aún así cubrir 360 grados de visión de su entorno.

Tal vez resulte extraña o un tanto incomprensible toda esta introducción, que parece más apropiada para un blog sobre extrañezas del mundo animal que para uno asociado a las altas capacidades intelectuales. Pero sí tiene que ver, y mucho.

No nos resulta difícil comprender ni aceptar con absoluta naturalidad que estos animales tienen unas características muy específicas que les hacen únicos, y que determinan su manera de relacionarse con el mundo y de funcionar dentro de su hábitat. Podríamos afirmar sin demasiada extrañeza que estas peculiaridades de su fisonomía afectarán con seguridad su manera de obtener alimento, de moverse, de protegerse y de relacionarse con sus iguales, con sus presas y con sus predadores.

¿Por qué creen entonces que nos es tan difícil aceptar que dentro de un grupo de personas cada una tenga una manera especial de ver, sentir, pensar, actuar, expresarse y relacionarse? ¿cómo puede costarnos tanto entender que cada persona tenga una individual y característica, peculiar y única manera de ser?

¿Se nos ocurriría evaluar a un pez de cabeza transparente por su capacidad para trepar a un árbol? ¿o juzgar a un mono tarsio por el tamaño de sus ojos y exigirle que los mueva en lugar de mover el cuello? ¿o puntuar al camaleón por sus habilidades natatorias o por su velocidad de vuelo en lugar de valorar y maravillarnos con su increíble capacidad para camuflarse y con sus ojos de visión panorámica?

Pues todo esto es lo que ocurre habitualmente en la escuela. Todos los niños son forzados a aprender con los mismos métodos, evaluados con los mismos patrones, puntuados con los mismos exámenes y juzgados según sus habilidades dentro de determinados estándares. No solo no apreciamos sus peculiaridades, sino que les exigimos adecuarse a una estructura que atenta, no solo contra su naturaleza sino de manera aún más alarmante, contra su integridad psicológica y emocional.

Hay una enorme cantidad de material, artículos y recursos para profundizar en el tema, pero lo que ofreceremos en esta entrada es un acercamiento general, dentro de las altas capacidades, a la problemática de los llamados aprendices viso-espaciales. Al final de esta entrada dejaremos los enlaces a varios textos publicados sobre el tema que son de gran utilidad para comprenderlo en profundidad. Es muy importante conocer, porque como ocurre con el descubrimiento de otros tantos enfoques, genera alivio y aporta herramientas para transformar lo que podría parecer un problema en una puerta mágica.

Un gran porcentaje de niños y, en consecuencia, los métodos más extendidos de enseñanza podrían englobarse en lo que llamamos tipo de aprendizaje secuencial y auditivo. Leer, escribir, deletrear, calcular, planificar y categorizar son tareas fundamentalmente secuenciales. Seguir procesos, ir de lo simple a lo complejo, de lo particular a lo general, de las partes al todo y dentro de determinados límites espacio temporales son las bases del pensamiento, de la enseñanza y del aprendizaje auditivo-secuencial. La escuela toda está estructurada como una muñeca rusa de manera secuencial, lineal y repetitiva. Y los alumnos son educados y evaluados siguiendo estas premisas.

Pero no todos los niños funcionan, aprenden, experimentan y razonan así. Así como, gracias a la diversidad de la naturaleza, no todos los seres vivos en el planeta son de la misma especie, existen, además de los auditivo-secuenciales, los aprendices viso-espaciales. Y si nos forzamos a observarlos con el mismo enfoque que nos exige el sistema educativo tradicional diríamos que son impulsivos, que no saben planificar ni posponer la gratificación y que son terriblemente desorganizados. Pero lo peor de todo es que no solo lo “diríamos“, sino que realmente lo decimos cada día, haciéndoles sentir que hay algo que no está bien en ellos, que no son como esperamos y que son mediocres o incluso pésimos estudiantes.

Pero, si nos atrevemos a observarlos con otros ojos podríamos decir que se abstraen y concentran muy profundamente cuando disfrutan de algo, que tienen una enorme imaginación, un llamativo sentido del humor, una gran habilidad para proponer ideas originales y una sorprendente capacidad para vivir el momento presente. Todo esto tiene una causa muy clara: los dones del hemisferio derecho.

¿Cómo reconocer a un aprendiz viso-espacial? Si nos llaman la atención su capacidad artística y creativa, su imaginación e inventiva, su poder de observación, su memoria visual, su sentido de orientación, su capacidad para contar historias y su particular y agudo sentido del humor. Y a la vez es evidente que no se les dan nada bien, e incluso les irritan, los juegos de memoria, los ejercicios secuenciales y las tareas repetitivas, lo más seguro es que estemos ante un niño cuyo hemisferio cerebral derecho está muy desarrollado.

El problema que tenemos delante radica en que generalmente en el aula se le evaluará de acuerdo con sus habilidades para la lectura, la escritura descriptiva, la memoria, el aprendizaje lineal, su capacidad para retener instrucciones secuenciales y prestar atención. Así que, muy probablemente, este niño tan entusiasta, intenso, creativo será visto por sus maestros como un alumno lento, distraído y caótico, y tendrá la agenda llena de llamados de atención para sus padres y los boletines de calificaciones plagados de injustos suspensos.

Algunos descubrimientos que pueden ser también reveladores y ayudar a desarrollar herramientas más eficaces para mejorar notablemente el rendimiento de los aprendices viso-espaciales son: su predilección por los retos y desafíos y los enfoques que involucren de algún modo las aptitudes del hemisferio derecho; como pueden ser utilizar las emociones, el humor, o la multidisciplinariedad. Aunque pueden tener problemas para resolver tareas sencillas, repetitivas y secuenciales, pueden ser brillantes con material más complejo. Si la tarea a desarrollar no necesita de la intervención del hemisferio derecho, el nivel de atención, implicación, interés y, consecuentemente, el rendimiento disminuyen de forma muy notable. En síntesis, si no pueden usar ambos hemisferios, su capacidad de aprendizaje no solo se ve mermada, sino incluso totalmente anulada.

¿Cómo permitirles desarrollar su potencial y descubrir su talento cuando son niños que se sienten a contramano, cuando sus destrezas no forman parte del programa educativo? ¿Cómo evitar que se sientan inútiles, mediocres e inadaptados? ¿Cómo ayudarles a que dejen de pensar que no valen, que no pueden, que no sirven, que nunca lo conseguirán?

Los niños viso-espaciales necesitan mucho material visual, diagramas, esquemas, demostraciones, material manipulativo, interactivo, dibujar los conceptos, traducirlos a imágenes y en el espacio. Recuerdan mucho más lo que ven que lo que oyen. Y aumenta su memoria auditiva cuando lo que oyen está asociado a la música. Su orientación en el espacio es infinitamente mejor que en el tiempo.

Ser puntual, trabajar contra reloj, cumplir plazos y ajustarse a horarios establecidos puede ser muy difícil y estresante para los niños viso-espaciales. El tiempo puede ser un enemigo monstruoso para ellos, mientras el espacio constituye su mejor aliado.

Mientras los aprendices secuenciales aprenden del ensayo y el error, los viso-espaciales un día empiezan directamente a caminar, a decir frases largas, a dominar una segunda lengua o a montar en bicicleta. Esperan. Observan. Llevan a cabo un complejo mecanismo interno hasta que, de pronto, lo consiguen. Ejecutan el paso 10 directamente. Y les sería imposible explicar cómo llegaron ahí. Simplemente, lo consiguen.

Si se les pide que sinteticen algo, probablemente les resulte muy complicado. Lo suyo es el análisis. Desglosar. Relacionar. Cuestionar. Complejizar. Formular hipótesis. Cambiar de enfoque. Construir. Innovar. Descubrir. Investigar.

Si se les pide que sigan una serie de instrucciones expresadas de forma oral, probablemente les resulte muy complicado. Lo suyo son los esquemas, los mapas, los diagramas, los gráficos, las infografías, el material visual.

Si se les pide que realicen cálculos, probablemente les resulte muy complicado. Lo suyo es el razonamiento.  A veces pueden llegar a entender teorías y ecuaciones extremadamente complejas, pero no ser capaces de recordar las tablas de multiplicar.

Si se les anima a desarrollar sus propios métodos y a introducir la emoción en la tarea, ya sea a través de desafíos, retos, humor, o sencillamente permitiéndoles motivarse y conseguir los objetivos a través de temas o contenidos que les apasionen; los resultados pueden ser deslumbrantes. Si se sienten emocionalmente seguros, contenidos y confían en que pueden ser ellos mismos y no serán juzgados o rechazados, sino valorados y apoyados; podemos verdaderamente transformar a alumnos desmotivados, que no aprenden, no atienden, no rinden ni se comprometen, en niños creativos, alegres, entusiastas y brillantes. Y no es por obra de la magia ni de ningún milagro, sino simplemente por permitirles que fluyan y expresen libremente ese talento y potencial que siempre y en todo momento, aunque no pudiéramos ver, había estado ahí.

Recomendamos enormemente consultar el blog de La Rebelión del Talento que tiene una categoría específica con varios artículos sobre aprendices viso-espaciales, que nos han nutrido en la redacción de este texto.

https://aacclarebeliondeltalento.com/category/entendiendo-las-altas-capacidades/aprendiz-viso-espacial/

La hora del hemisferio derecho

https://elpais.com/elpais/2013/02/15/eps/1360927595_598327.html

El poder del hemisferio derecho

https://lamenteesmaravillosa.com/el-poder-del-hemisferio-derecho/

Origen, evolución y relación entre superdotación y talento viso-espacial

https://momtogifted.wordpress.com/2016/10/03/sobre-el-origen-y-evolucion-del-superdotado-viso-espacial/

 

Más artículos sobre altas capacidades en nuestro blog.