Taller familiar de instrumentos musicales tradicionales

By 18 febrero, 2019Actividades
instrumentos musicales tradicionales

El sábado pasado asistimos al taller de Instrumentos Musicales Tradicionales de Madrid y las dos Castillas que nos impartió Juan Rodríguez Tembleco, miembro y fundador del Grupo Aljibe.

Es difícil sentarse a escribir con una cierta y seria objetividad y quitarnos la sonrisa de la cara porque el taller, por sobre todas las cosas, ha sido una experiencia divertida, emotiva, cargada de cercanía, humor y complicidad. Y aunque se suele dejar siempre el agradecimiento para el párrafo final, no puedo dejar de agradecer desde el principio a Juan, porque hemos aprendido, y mucho; pero lo principal es que nos lo hemos pasado muy bien; hemos estado atentos, contentos y distendidos todo el tiempo, y a la hora de irnos nos hemos quedado con ganas de más, de haber oído todos los instrumentos, de haber escuchado más anécdotas y de haber cantado más rato.

Según nos contó Juan, los instrumentos que denominamos tradicionales son principalmente los que han sido ideados, creados, fabricados y utilizados por personas que no sabían nada de música, que no tenían una formación musical, y que en gran medida habían hecho nacer la música como una fuente de alegría y con lo que tuvieran a mano. En las cocinas, en torno a la lumbre, mientras se preparaba la comida o durante la sobremesa, se echaba mano de lo que había al alcance y se cantaba y se bailaba y se marcaba el ritmo con las palmas y con esos utensilios que poco a poco se fueron transformando en instrumentos musicales también. Entre ellos el almirez, el mortero, los palillos, la sartén.

A mí me llena de orgullo y satisfacción, y sabrán perdonarme, que mi pequeña Sofi haya tomado apuntes en su cuaderno y bajo el título “Música instrumentos favoritos antiguos” y el subtítulo “Palabras Raras” haya escrito: tradicionales, académica, intuición, repertorio, veladas, aerófonos, cordófonos, membranófonos e idiófonos.

También vimos los que, saliendo ya de la cocina y de la casa, se fabricaban y utilizaban con otros objetos encontrados puertas afuera durante el resto de la jornada y las tareas de pastoreo. Ahí estaban los que se hacían con trozos de madera, caña, huesos, cuernos, pieles de cabra y crines de caballo (y no de yegua, y los que no hayan estado en el taller tendrán que adivinar o averiguar el por qué).

Todos queríamos oír la gaita, el acordeón y la zanfona. Instrumentos más sofisticados, sí, y que se nos hacen más cercanos y conocidos. Y así aprendimos que gaita no es solo la de bolsa y tres tubos (y aprendimos también que muge como una vaca antes de sonar como una diosa celta) sino que gaitas se llaman también muchas flautas y otros pequeños instrumentos de viento hechos de madera, caña e incluso de rama de higuera y dos cornatos de toro como la de la sierra de Madrid. Con el acordeón, Juan nos hizo reír corrigiéndonos al llamarlo “incordeón”, que según él era el nombre que le ponía su familia cuando él insistía en practicar cada tarde sabiendo que la única manera de transformarse en músico era tocando y tocando. La zanfona, instrumento de cuerda frotada por una simpática manivela nos trasladó vibrante a la época medieval.

Hemos cantado y nos hemos reído al ritmo de la zambomba, que los niños rebautizaron como instrumento de agua porque hacía falta humedecer constantemente la mano para hacerla sonar frotando la varilla que atravesaba el parche. Juan supo adaptarse a un público muy variado que abarcaba desde niños pequeños (los más ocurrentes, participativos y entusiastas de todos) jóvenes, adolescentes y adultos.

Yo no sé ustedes, pero sospecho estarán de acuerdo…¿no creen deberíamos pedirle a Juan que nos imparta otro taller antes de que termine el curso y nos cuente más cosas y nos muestre algunos instrumentos más de todos esos que se quedaron ahí en la mesa con ganas de cobrar vida?

Ahora, y para terminar, vuelvo a agradecer en nombre de todos porque más allá de la mañana tan maravillosa que pasamos juntos, Juan nos hizo conscientes de que hay muchas cosas apasionantes que aprender y que hay otra manera de acercarse al conocimiento y que se puede enseñar con humor, con alegría, con pasión y con una calidez y paciencia que lamentablemente no se encuentra muy a menudo en las escuelas. Ojalá en nuestras aulas hubiera más profesores como Juan. De música, de plástica, de teatro, de baile, y también de lengua y de matemáticas y de inglés y de historia y de geografía…porque amar lo que se enseña hace una enorme diferencia ¡Gracias!

 

Taller de Instrumentos Musicales Tradicionales. Aula 17. Centro Cultural Isabel de Farnesio. Aranjuez

 

Juan Rodríguez Tembleco interpetando el rabel. Aula 17. Centro Cultural Isabel de Farnesio. Aranjuez

 

Zanfona. Aula 17. Centro Cultural Isabel de Farnesio. Aranjuez

 

Instrumentos musicales tradicionales. Aula 17. Centro Cultural Isabel de Farnesio. Aranjuez

 

Instrumentos musicales tradicionales. Aula 17. Centro Cultural Isabel de Farnesio. Aranjuez

 

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