Thor, su martillo y la motivación durante la cuarentena

By 30 abril, 2020Sin categoría
cuarentena

Artículo original sobre la importancia vital de la motivación y la necesidad de un cambio de enfoque en el papel de los maestros publicado el día 25 de abril por el profesor André Luís Corrêa en su muro de Facebook.

La escuela me informó: su hijo tomará clases virtuales todos los días durante la cuarentena.

Mi esposa y yo somos maestros. Estamos muy cansados, principalmente porque mi esposa está dando clases virtuales a grupos de entre 15 y 20 niños conectados por videoconferencia. Mientras pasa la tarde pidiendo a los estudiantes que apaguen sus micrófonos, pidiendo silencio para hablar, pidiendo que tengan paciencia para que pueda repetir el concepto que está enseñando, me quedo afuera con nuestros dos hijos pensando que todo está mal.
No podía soportarlo ya y decidí hacer un trabajo diferente con nuestros hijos. Empecé a trabajar en un Proyecto de Investigación, algo que aprendí gracias a mi amigo José Pacheco.
– Pero, André ¡Tus hijos tienen 5 y 7 años! ¡Tu hija ni siquiera sabe leer y escribir!
Abrí una cuenta de correo electrónico para mi hijo y otra para mi hija. Creamos cuentas familiares con control parental utilizando Google Family Link. Creamos un aula en Google Classroom (una gran herramienta para que el alumno cree un portfolio de investigación) y nos dimos de alta como maestros y a nuestros hijos como alumnos.
Creé una primera actividad llamada PROYECTO DE INVESTIGACIÓN # 1. Configuré un formulario.

22 de abril
Mi hijo entró al aula de Google y empezó a completar el formulario …

¿Qué quieres aprender?
R: Cómo Thor consiguió el martillo.

Mi esposa me miró con recelo.
– André, ¿qué pasa? ¿Cómo será esto? Marvel ¡¡ superhéroes !!
– Cálmate … ¡Necesita empezar por algo que despierte su interés y curiosidad! No es lo que quiero enseñarle ¡Pero eso es lo que él quiere aprender ahora! Aprenderá a aprender. No voy a enseñarle nada.
Mi hijo continuó rellenando el formulario (yo estaba a su lado siguiendo el proceso).

¿Por qué quieres aprender esto?
R: Siempre quise saberlo.

[Es fantástico lo simple, directo y práctico que puede ser un niño.]

¿Qué vas a hacer más tarde con ese conocimiento?
R: Nada, solo quiero saber.

[Como este primer momento es para que él tenga contacto con el proceso, no hice ninguna intervención en este punto. Quiere matar la curiosidad ¡Ok! ¡Ser curioso es muy bueno! Mi esposa me miró todavía con recelo y yo no tenía idea de dónde terminaría todo, pero, como dice José Pacheco, el papel del maestro debe ser gestionar la imprevisibilidad.]

¿Qué personas pueden ayudarte a aprender sobre esto?
R: Mi tío abuelo.

¿Por qué puede ayudarte?
R: Sabe mucho sobre superhéroes.

Luego completó un cronograma indicando el día de la semana, la hora y la actividad que haría. Hubo dos actividades: llamar al tío abuelo y ver la película de Thor.
Envió un mensaje por Whatsapp a su tío abuelo preguntándole cómo Thor consiguió el martillo. Minutos después recibió una respuesta diciendo que el padre de Thor, Odin, le dio el martillo Mjolnir. Mi hijo fue a la hoja del proyecto y completó allí donde decía «Escriba todo lo que aprendió en esta investigación».
Más tarde, vimos la película juntos. Para su sorpresa, Thor aparecía con el martillo Mjolnir en las manos desde la primera escena. Mi hijo se dio cuenta de que no obtendría la respuesta. Vimos la película hasta el final y, a medida que avanzaba, le hice algunas preguntas y él me hizo otras. Detuvimos la película, se sentó frente a la computadora y escribió en el espacio que decía «¿Qué necesitas investigar todavía?»

Después de la película, formuló las siguientes preguntas:

¿Cómo se hizo Mjolnir?
¿De qué lengua proviene el nombre Mjolnir?
¿Qué héroe está relacionado con la radiación gamma?
¿Quién creó a Thor?
¿Quiénes eran los vikingos?
¿Qué herramienta S.H.I.E.L.D. puedo usar para analizar Mjolnir?
¿Qué son los nueve reinos?

Mi hijo se fue a dormir y yo me puse a trabajar como tutor. Abrí Google Classroom, miré su trabajo y empecé a recomendarle algunos sitios web para que encontrara las respuestas que estaba buscando. Mi hijo no sabe cómo usar Google y todavía no entiende cómo funciona la investigación en línea, por lo que necesito brindarle esta ayuda.

23 de abril
Mi hijo abrió Google Classroom y le mostré lo que había escrito en su trabajo. Allí fue a mirar el primer sitio web. Lo abrió y comenzó a leer. Estaba en la cocina y oí que estaba leyendo el texto completo, pero la información sobre Mjolnir estaba en el primer y segundo párrafo.
Le dije:
– Hijo, no necesitas leer todo el texto. Puedes leer la parte que te interesa para responder tu pregunta.
– ¡Pero quiero leerlo todo, papá! ¡Es interesante!

Después le pregunté:
– Entonces ¿qué aprendiste?
– Aprendí que Odin luchó contra el Dios de la Tormenta y lo atrapó en un metal llamado Uru. Luego tomó este Uru, se lo dio a los enanos y les pidió que hicieran un martillo. Este martillo se llama Mjonir. Es por eso que Thor tiene el poder del trueno, porque Mjolnir tiene al dios de la tormenta dentro de si.
– ¡Bien! Ahora puedes escribir eso en tu hoja de investigación.

Se fue a escribir. Después de que terminó, me preguntó:
– Papá, ¿cuántos Mjolnir hay?
– ¿Por qué me estás preguntando eso?
– Porque vi en ese texto una imagen que mostraba a varios héroes usando Mjolnir.
– ¿Por qué no apuntas esa pregunta para buscarla más tarde?
– ¡Buena idea!

Luego fue al segundo sitio, buscando el origen de la palabra Mjolnir. En Wikipedia descubrió que Mjolnir está escrito de diferentes maneras y que el nombre significa: el que aplasta. También descubrió que Mjolnir está relacionado con la mitología escandinava.

– Hijo, ¿qué es la mitología?
– Son las leyendas, las historias.
– ¿Qué es Escandinavia?
– No sé.
– ¿Por qué no haces clic en la palabra «mitología escandinava» y ves lo que sucede?

Hizo clic y descubrió que Escandinavia no es un país, sino una región compuesta por 3 países: Noruega, Suecia y Dinamarca.

– Pero ¿dónde es eso? – pregunté
– No sé.
– ¿Miramos el mapa en la pared de tu habitación?
– ¡Vamos!

Se colocó frente al mapa y buscó los 3 países. Le mostré dónde estaba Europa. Los encontró y se sintió feliz.

– Pero, ¿qué idioma hablan en esos países? – me preguntó
– Escribí en Google: idioma danés.
– ¡Danés! Entonces el otro debe ser noruego y sueco – dijo
– Escribí: idioma sueco.
– ¡Sueco!
– Entonces, hijo, ¿qué aprendiste?
– Mjolnir es una palabra que se puede escribir de muchas maneras. Tiene que ver con Escandinavia. Cada país la escribe de una manera: un sueco, un noruego y un din … din … danés. Descubrí que Mjolnir significa: el que aplasta o el que destruye.
-Genial hijo. Anótalo en tu formulario de búsqueda.

Nos detuvimos en ese punto. Increíble ver al niño aprender así, a su ritmo, a la profundidad que él quiere, guiado por su curiosidad. Así es como las escuelas deberían ser. A partir de una simple pregunta sobre un superhéroe, desembocó en el origen de las palabras, en el interés sobre la mitología, la geografía, la historia y quién sabe dónde terminará. Cuando esté satisfecho con su investigación, se detendrá y haremos una evaluación de todo lo que ha aprendido. Entonces empezaremos una nueva búsqueda.

No he olvidado a mi hija, no. Ella también está experimentando lo mismo, pero a su manera y a su ritmo. Como no sabe escribir, le leí lo que decía en el formulario de investigación y ella respondió.

¿Qué quieres aprender?
R: Quiero aprender a escribir.

¿Por qué quieres aprender esto?
R: Creo que es genial. Cuando alguien me pida que escriba, podré hacerlo.

¿Qué vas a hacer con ese conocimiento más tarde?
R: Quiero escribir una carta de amor a mi amigo P.

¡Nada mejor que tener un objetivo concreto para motivar el aprendizaje!
Me puse en contacto con un especialista en alfabetización, José Pacheco, y él me dio un consejo para comenzar a jugar con mi hija. Le pregunté qué objetos en la casa quería nombrar. Escribimos cada palabra en un papel pequeño. Al día siguiente, saqué 3 papeles y le pedí que los colocara. Miró el primer papel, me miró y me dijo:
– No sé leer, papá.
– Pero tienes el alfabeto pegado en la pared de la habitación ¿Vamos a mirar?
– ¡Sí!
Identificó la primera letra y colocó su dedo meñique sobre ella. Empecé a cantar A, B, C, D, E, F, G …
Cuando nos detuvimos ante la letra, ella hizo sonar la letra. Luego miró la segunda carta, juntó las dos, corrió y pegó el papel en el lugar correcto.

¡La educación es hermosa! Desafortunadamente, todavía hay personas que piensan que los maestros no son importantes en la educación. ¡Al contrario! El maestro en su rol de asesor o tutor del alumno es importantísimo, como quedó claro con esta experiencia. Su función no debería ser la de enseñar ni instruir. ¡Sino despertar la curiosidad! Fomentar el deseo de aprender.
Lamentablemente, las escuelas insisten en dejar a los maestros solos en el aula, con más de 20 estudiantes delante y sin internet. ¿Cómo mostrar a los estudiantes del siglo XXI cómo aprender de una manera acorde con su realidad?
El resultado está a la vista. Los adultos se rompen la cabeza y se frustran porque no saben cómo usar la tecnología, los maestros piensan que necesitan crear contenidos como si fueran youtubers y gastan tiempo y energía en una labor poco eficiente que no fomenta la autonomía de los alumnos ni despierta su interés.
Con suerte, este virus implosionará la educación del siglo XIX de la que seguimos impregnando las aulas en pleno siglo XXI.

 

Artículo traducido de su fuente original:

Facebook · André Luís Corrêa · Abril 2020

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